miércoles, 23 de agosto de 2017

¿Cómo hemos llegado a desconectarnos de lo que sienten l@s bebés y l@s niñ@s?

En algunas ocasiones, cuando me conecto a las redes sociales, siento una punzada en el estómago. Es un pinchacito corto, rápido, pero muy potente. 

En esas situaciones me pregunto cuándo nos desconectamos de las emociones de los demás, especialmente de las de los niños

Son varias las ocasiones que veo algún meme o vídeo en el que aparece el sufrimiento de un niño como objeto de gracia, risa, burla... de los adultos que lo comparten y comentan. Imágenes que aparecen con reproducciones de más de mil personas y cientos de interacciones, como muy poco.


Hace algo más de un año, denuncié en una de las redes sociales un vídeo en el que aparecían bebés llorando ante las imágenes que les mostraba una de las aplicaciones más famosas de montaje de fotos. Bebés desconsolados ante su propia imagen convertida en zombie, monstruo o fantasma. Quienes compartían y comentaban esta publicación no eran sólo jóvenes, a los que se les suele "echar la culpa" de esta falta de empatía, sino también padres, madres, abuelos, abuelas, entre otros, todos en actitud jocosa; de humor. 

La respuesta de la red social fue muy clara; no se estaba cometiendo ningún tipo de maltrato ni ofendiendo la integridad de nadie

En ese momento sentí muchísima frustración. ¿Cómo hemos llegado a desconectarnos de lo que siente un bebé? ¿Cómo podemos reinos a costa de la inmadurez de su cerebro por no comprender que lo que sucede en esa imagen es irreal? ¿Cómo podemos ser cómplices culturalmente de que esto se comparta miles y miles de veces? ¿Cómo de desprotegidos están los niños ante nuestros propios actos culturales desde la palabra humor?.

Lo cierto es que esos bebés, hasta que no sean adultos, no pueden pedir que se retiren sus imágenes de las redes sociales, porque hasta ese momento legalmente son sus padres los que tienen el derecho sobre ellas. Con lo que si, soy un adulto y se utiliza una imagen mía para hacer burla puedo denunciarla, pero si soy un menor no tengo ese derecho

Pero me atrevo a dar un paso más allá, si soy adulto y lo que se ve en el vídeo que causa burla es a razón de algún tipo de discapacidad, de diferencia social, de cuestión de género, de diferencia cultural... me encuentro con un apoyo social mayor, desde diferentes colectivos de apoyo a las mismas, e incluso con la denuncia y el rechazo claro por parte de un gran número de personas. Pero cuando es humor hecho a costa del propio proceso madurativo de un niño o niña, sólo es humor, a veces de mal gusto... pero poco más

Me gusta abrir el debate sobre este tema y reflexionar en voz alta con las demás personas sobre ello, como estoy haciendo aquí, y como hago a nivel particular cuando tengo la oportunidad. A veces de manera más acertada y otra no tanto, ya que a pesar de existir el argumento más sólido de todos que es la empatía, y otros relacionados con el propio desarrollo humano, las personas eligen y a veces su elección es diferente de lo que propongo. Eso no implica que desista en mi afán de divulgar y transformar esos patrones en los que "casi todo" vale. 

Ayer encontré un vídeo en el que una niña de unos 4 años lloraba porque su cabeza estaba atrapada entre dos barrotes, y, por lo que parecía, no encontraba solución para sacar su cabeza de ese lugar. 

Para los que conocemos algo sobre el desarrollo y madurez de la mente humana, nos es fácil identificar en esa situación que lo que ocurre es que la niña está bloqueada porque no encuentra estrategias para salir de ahí, y que reclama ayuda y atención por parte de un adulto que le ayude o indique cómo hacer. Una niña que lo que necesita es escucha y seguridad, sentir que alguien tiene la situación controlada y que por tanto "sobrevivirá", porque en ese momento y en esa niña la parte del cerebro que está dominando la situación es la reptiliana y es un hecho que para ella no existe salida. 

Finalmente aparece la ayuda: una mano adulta hace un pequeño, muy sútil, movimiento en la cabeza de la pequeña y consigue salir de los barrotes. La cara de la niña se ilumina, sus ojos se abren y se queda literalmente asombrada porque resultó ser algo más sencillo de lo que a ella le parecía.



Hasta aquí me parece una historia maravillosa, con un final feliz. Yo sonreí al verla y me alegré por su cara de asombro.

Lo que me preocupó y lo que hizo que esa sonrisa fuera agridulce es que el vídeo viene acompañado de comentarios como: "la niña tiene mucho drama" "el mundo no se acaba"... y es cierto, el mundo no se acabó y la niña vivió un autentico drama, pero ¿es lo mismo vivir un drama que tener drama? ¿qué te respondes tú al hacerte la pregunta?

Reflexioné, como en otras ocasiones, sobre lo que allí veía y, también, como otras veces, hubo quien veía "una risa sana" en ese vídeo y que "sólo era humor". Pero, bien es cierto que también sirvió para que alguien que en un principio se había reído con el vídeo y había seguido la ola de la publicación, se parase a cuestionar lo que veía y, algo más, conectara con algo que ella misma vivió en su infancia. Le pedí permiso para compartir su reflexión y aquí se las dejo:

"Tienes mucha razón, me has hecho ver el vídeo de diferente manera. También he recordado una situación parecida yo de niña y la verdad que no es nada divertido. Lo planteas muy bien". "Mis hermanos me encerraban entre la reja y la puerta de casa y no podía moverme, ufff, una sensación de agobio como la carita de la niña del vídeo :_(. Ahora le pongo nombre: nerviosismo y estrés. Horrible".  (GRACIAS Suhail por compartirte <3)

No voy a entrar en si genera trauma o no, aunque si quieres leer un poco más te dejo este enlace de mi compañera Teresa de Sin Castigos. Más bien voy a reflexionar sobre lo que sucede en el momento presente y en la empatía hacia esa persona que está viviendo una situación de estrés.

Si tú fueras la niña o alguno de los bebés de los dos ejemplos que he puesto, ¿cómo te gustaría que reaccionaran los adultos que tienes cerca? ¿qué necesitarías de los que tienes a tu lado? ¿te gustaría tener derecho a decidir si publicar o no tu vídeo? ¿te gustaría que publicaran ese vídeo?, ¿cómo te sentirías si alguien te dice que lo que tienes es drama o no es para tanto? ¿qué pensarías si supieras que eso que te ha sucedido a miles de adultos les resulta gracioso? ¿te gustaría que los demás se rieran de tus desgracias? ¿te reconforta saber que tu situación de estrés le causa una risa sana a otra persona?.

Puede que hayas respondido que no te importa que se comparta ni que la gente se ría, pero has tenido la posibilidad de elegirlo, ¿cuántos de estos vídeos o memes son colgados sin preguntarle a los propios protagonistas si quieren aparecer o no en las redes para ser objeto de burla o risa?.

Ahora, como adulto, retomando el mismo punto del desarrollo en el que se encuentran los protagonistas de los ejemplos, es decir, sin herramientas para salir de esa situación, y ante el mismo tipo de emociones: estrés, miedo, agobio..., ¿te gustaría que alguien publicase un vídeo en el que tienes dificultades para gestionar tus emociones? ¿te gustaría que se hicieran memes con ello? ¿te gustaría estar expuesto a los comentarios, juicios y prejuicios del resto del planeta? ¿cómo te sentirías con las personas que han utilizado tu imagen? ¿qué pensarías de tus seres queridos que han grabado el momento?.

¿Todo vale? ¿Qué te respondes tú?



Me gusta reflexionar sobre estos temas también con mis hijos. Ellos me dan su consentimiento o no para utilizar sus imágenes, sus ejemplos, que aunque son mis propias vivencias, ellos también forman parte, ellos deciden si mostrarlas al mundo o no. Si un adulto puede elegir, ¿por qué no ellos?. 

Ellos tienen claro que lo que se ve en este tipo de vídeos es sufrimiento, dolor... no entienden cómo alguien puede grabarles y publicarlo y permitir que se rían de lo que les sucede a esos niños. Mis hijos me muestran lo que es el respeto hacia las emociones de otro ser humano, a su integridad, a su intimidad, a sus procesos. Mis hijos no entienden este mundo loco en el que los adultos nos permitimos el lujo de reírnos de los niños y de lo que les pasa. Mis hijos me dicen que si los adultos no nos damos cuenta que si hacemos estas cosas los niños crecen creyendo que hacer eso es lo normal: grabar el dolor ajeno, reírnos de ese dolor, publicarlo para que otros se rían... 

Esto me trae a la mente frases como: 

  • "los niños son crueles"... ¿Nos cuestionamos de dónde viene esa crueldad? ¿En quién la han podido observar?... Creencias sobre los niños que en el caso de mis hijos me muestran totalmente lo contrario, los adultos pueden ser más crueles que los niños
  • "el mundo se ha vuelto loco, todo el mundo con sus móviles grabando el dolor ajeno pero nadie se acerca a socorrer"... ¿Seguimos dudando de dónde viene todo esto?
Y me viene esa frase de la canción "Guitarra y vos" de Dexler: "la máquina la hace el hombre y es lo que el hombre hace con ella"... 


Mis hijos me siguen mostrando esperanza, me dan fuerzas para seguir haciendo las cosas de la manera más respetuosa y empática posible con todos los seres... por ello me niego a ser cómplice de la violencia explícita e implícita, fuerte o sútil hacia la infancia, hacia sus derechos, hacia sus manifestaciones como seres

Me sumo al cambio de patrones, al cuestionamiento, a la reflexión, a la búsqueda de nuevos modos de conectar, a la divulgación y a creer que un mundo mejor es posible y hacerlo de verdad. Con mi manera de modelar y con la semilla que desde casa plantamos.

Sabina Santana



2 comentarios:

  1. Me encanta que nos invites a reflexionar, vivimos tan rápido que ni nos paramos a pensar, ni en la consecuencia de nuestros actos en los más perjudicados que son los que no pueden defenderse.Un fuerte abrazo

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    1. Gracias Alba. Me encanta cuestionarnos las cosas, los patrones tal y como nos vienen establecidos, especialmente con la infancia. Aquí estamos las dos, promoviendo y divulgando. Un abrazo preciosa.

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