sábado, 6 de septiembre de 2014

La emoción, ¿una asignatura pendiente?

Cuando descubrí que a partir de este curso académico los colegios que así lo desearan podrían impartir la asignatura "Educación Emocional y para la Creatividad" me asaltaron muchas preguntas, emociones encontradas y sobre todo me quedé expectante ante la evolución de la propuesta. 

Mi modo de entender la escuela ya parte de una visión en la que no contempla asignaturas sino espacios de crecimiento y aprendizaje, y a las emociones y su gestión como algo intrínseco al desarrollo humano que con práctica y modelos sanos, emocionalmente hablando, el individuo autorregula e integra en su propio ser. 

Por otra parte, como ya saben quienes me leen y siguen en los diferentes proyectos en los que estoy,  para mi lo fundamental es que quien se implica en ese proceso de acompañar las emociones de los demás tome conciencia de las suyas propias y desarrolle herramientas para empatizar con el otro sin dejarse llevar por sus creencias y emociones. Y todo eso me lleva a plantear... ¿es la emoción una asignatura? ¿cómo se hace puede hacer eso en la escuela? ¿cómo se abordarán las emociones en la aula?.
Imagen de: http://elrinconcito.esy.es
Ayer pude asistir a la presentación del curriculum (¡gracias!) ante los maestros que durante este año se encargarán de llevar a la práctica todo lo que ese documento tan bien definido plantea. Y en ese foro pude resolver muchas de las dudas que revoloteaban por mi cabeza. 

Las respuestas a mis preguntas me parecen que están en el camino del cambio, de tener en cuenta a cada individuo como el ser que es y, como dijeron muchas de las personas que estaban en aquella sala, "la posibilidad de reconocer y poner nombre a algo que se lleva haciendo años en la escuela y que no tenía reconocimiento" o como dijo una maestra "¡por fin tengo permiso para hacer lo que hacía de manera clandestina!".  

La posibilidad de hablar de las emociones de manera natural, sea cual sea la clase en la que se encuentren los niños y las niñas, es maravilloso

Que los adultos que están en ese lugar en el que pasan tantas horas al día sean referentes en lo que les sucede en lo más profundo de su alma, la seguridad para los niños y niñas de que sientan lo que sientan no está ni bien ni mal, sino que es algo natural, una respuesta fisiológica que se produce en mi cuerpo y que aprenderé a gestionar de manera que no me haga daño a mi y a los demás, sin juicios, sin presión, y a mi ritmo, es conmovedor. 

Saber que durante las horas dedicadas a esa área se ofrecerán alternativas para que cada niño y cada niño desarrollen su creatividad, entendida como la capacidad de encontrar varias soluciones a una misma situación, es alentador. 

Descubrir a un grupo de personas que creen en esto y están dispuestos a llevarlo a sus aulas, a contagiar a los demás, a ser agentes de cambio... es esperanzador, y a la vez se convierte en una gran responsabilidad y una decisión que puede marcar un antes y un después en la escuela. Aquello que se pronunció de: "Abre la puerta de tu clase, comparte en el office y que los demás nos vean". Con ello me reafirmo en lo que siempre he creído: la diferencia la marcamos las personas, de manera individual primero, y en su conjunto cuando conseguimos hacer un grupo con un mismo propósito, que trabaje para ello y que integre en si mismo lo que quiere aportar a los demás, que se crea y sienta lo que comunica. 

En aquella sala, escuché frases reveladoras: "Me encanta el planteamiento, pero necesito sentirlo primero yo para poder acercarlo a los niños. Es importante despertar primero en el profesorado esa educación emocional". Una que caló en mi de una maestra joven y cargada de ilusión "Animo a mis compañeros porque se abre una puerta para poder conocernos e investigar en nuestras emociones... encontrar una coherencia personal entre nosotros y lo que enseñamos a los niños..."

Claro que, si tienen las ganas de hacerlo, de ponerlo en marcha, de sentir en su propia piel y permitir al otro hacer, al niño y a la niña sentir, descubrir y experimentar emociones, y ¿aparecen los bloqueos? ¿los miedos? ¿las creencias que me impiden avanzar?... ¿quién acompañará a l@s maestra@s? ¿no será que emocionalmente estamos aprendiendo constantemente?, se convertirá entonces para el/la maestr@ la gestión de la emoción en ¿una asignatura pendiente?.

Mucho ánimo, fuerza y energía para todas esas personas que creen y sienten el cambio y están dispuestas a aportar su granito de arena. Espero que lo que comienzan este año sea un antes y un después en su vida laboral, pero sobre todo personal




4 comentarios:

  1. Gracias por compartir! El tiempo dirá a dónde lleva este comienzo... (espero que a algo más que una asignatura).

    Cristina.

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    1. De nada! ya sabes lo que me gusta contar lo que pasa por mi mente, y reflexionar conjuntamente. Hay muchos factores que entran en juego, y en función de cómo se aborden el camino será uno u otro...
      Abrazos.

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  2. Gracias Sabina por compartir tu reflexión que me ha encanta Estoy privada que hayas retomado el blog me gusta lo que cuentas y como los escribes.
    Deseo que esa asignatura que comienza deje de serlo algún día, porque me encantaría que se convertiera en lo habitual en cualquier centro educativo..me gustaría que los niños y niñas sientan sus emociones reconocidas y acompañadas por toda la comunidad educativa, desde la maestra, personal administrativo, portero del centro...somos seres humanos, emoción pura a todas horas, no en unas horas a la semana...por otro lado me gustaría que esa asignatura no se convierta en decir a los niños y niñas lo que deben sentir/pensar/hacer ante determinadas situaciones..cada uno siente diferente y tiene sus propios motivos..Me ha encantado saber que hay maestros que reconocen que necesitan recococer en ellos mismos la emoción para luego hablar de ella..ojala se responsabilicen de esto..van a marcar la diferencia en el aprendizaje de sus alumnos y alumnas...así que mucho animo a todas las personas que van a emprender este camino de aprendizaje mutuo..mutuo por que los niños son excelentes maestros que nos dan una nueva oportunidad para crecer emocionalmente. Abrazos.

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  3. Gracias Macu. Comparto tu sentir. Un abrazo bien fuerte!

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