A pesar de que nunca he celebrado Halloween, como tampoco he celebrado los "Finaos" porque tampoco sabía que se celebraba (pero ese es otro tema...jeje), este año tuve la oportunidad de poder asistir a una Graaaaan Fieeeesta: ambiente, actividades, la gente que nos acompañó como las pequeñas calabacitas, princesas heridas, brujas, vampiros, bebés esqueleto y hasta alguna mami con su maquillaje, tocado y capa... Y pude entender la diversión que para los peques de la casa supone celebrarlo: maquillaje, montruos, caramelos, historias tenebrosas... Y... resulta que me lo pasé ¡pipa!.
Durante la primera actividad tuve dos ayudantes excepcionales que no suelen acompañarme y a los que aún les cuesta entender que mami está con otros peques, pero he de decir que yo misma me sorprendí, porque con ayuda para no desatenderlos (¡¡¡gracias Minerva, Nori, Estefanía León y quienes me pueda olvidar!!!) y tras el paseito que se dieron cuando llegó su papi, volvieron con energías renovadas y fueron de los últimos en abandonar el fiestón :)
Mi amiga Fátima estuvo haciendo maquillaje profesional de heridas, arañas y hasta algún vampiro...¡espectacular! Y David Béjar retrató momentazos como la imagen que acompaña el texto... ¿Qué me dicen? Sin palabras... :)
Como "cuentista" que soy, el mejor momento para mi es el de contar historias y transportarnos a mundos imaginarios y en este caso... tenebrosos!!! Tuve aquí otro acompañante, el fantasma G (gracias mi niño!!!) y a pesar de taaaanta gente hubo mucha magia en el ambiente y conocimos la historia de Cásper, porque se utilizan calabazas en Halloween, cómo es que la Bruja Piruja se escondió en el bosque y el Jinete sin Cabeza buscaba una de repuesto. Claro está que todos los finales eran felices, con los monstruos como amigos y los sustos meros anécdotas.
Y para el próximo año, si mis peques quieren, ¡también nos disfrazamos!