Me costó mucho entenderte, comprenderte, y por qué no decirlo... Aceptarte. No a ti, ni a tu esencia, sino al modo de hacerte presente, de mostrarte a los demás.
Hoy entendí, durante la mañana, que eres más igual a mi de lo que había imaginado y observado. Después de unos escasos minutos entendí que te mueve la curiosidad, que te mueves porque eres movimiento, porque viéndome en ti no recuerdo un día en el que haya pasado horas tirada en el sillón... O si... Pero sin dejar de mover mis manos y mis pies al compás de mi pensamiento. Y tú que me sirves de espejo, de pronto te puedo ver.
Te subes y te bajas, por cada rincón, da igual que haya sido diseñado para otra cosa, tú le das la utilidad que necesitas y te vuelves a mover. Con tus manos le muestras a tu maestra que dibujas las letras en el aire... Sí, sé que eso se trabaja en alguna pedagogía alternativa, pero tu lo has hecho bajo el impulso que con tus 3 añitos te ha llevado a mover la mano en ese sentido... Nadie te lo ha mostrado, has conectado cos eso porque eres movimiento y el movimiento te lleva a descubrir de ese modo.
Esta mañana has dibujado letras en la arena, montañas heladas con rotulador en un papel, recortado dibujos de muñecos de nieve, trazado laberintos con rotulador en ese libro tan chulo de tu acompañante, has hecho puzzles de geometría, analizado las letras de los nombres de tus amigos y buscado las similitudes... Has visto un mapa y buscado Gran Canaria, y Montaña los Vélez porque querías ver "en que lugar de la tierra está tu casa". Pediste que te leyera un cuento sobre la nieve... Y culminaste con Frozen... Que viene a estar dentro del proyecto que tu escuela tiene diseñado para esta semana... Y todo en menos de una hora... Entendí que aprendes en movimiento: te pones de pie, buscas, indagas, saltas mientras colocas dos piezas de un puzzle, y muy concentrado recoges de la mesa los granos de arena que se han salido de la bandeja en la que hiciste las letras.
Hoy me di cuenta que cuando estabas gestándote en mi interior me estabas contando que eras así... Movimiento... Y yo no me había enterado... ¡Menos mal que mi inconsciente registró la información y hoy estamos dónde estamos! O quizás sí te escuche, sí nos comunicamos... Sólo que desconocía por completo que ese ser que eres, esa esencia que habita en ti, se manifiesta de este modo... Y sobre todo creo que en el fondo no me había quitado las gafas que filtran lo esencial de la vida y simplemente no me había permitido disfrutarlo.
Gracias bichito mío... Gracias por luchar para quedarte y hoy estar aquí con nosotros disfrutándonos. Te acepto, te quiero y por si fuera poco... Te admiro.