Cuando comencé la aventura bloguera pensaba publicar cada cosa que hiciera con los peques, las recetas que compartiríamos en la cocina, los juegos que inventaríamos y aquellos que hubiésemos descubierto. También quería utilizarlo como medio de reflexión.
Una vez más, la realidad y la vida han puesto las cosas en su sitio.
Me encanta contar aquello que hago, anécdotas y vivencias... Pero me he dado cuenta que viviendo apenas me queda tiempo para contar nada. Y eso me hace inmensamente feliz. Saber que la horas las tengo ocupadas con mis hijos, con el compromiso de verlos crecer felices, acompañados, sostenidos... Saber que también dedico parte de esa vida a otros peques también acompañándolos y ofreciendo mi brazo si lo necesitan, a sus familias, al proyecto que hemos emprendido juntos y que tiene como objetivo que ellos, los protagonistas, crezcan felices.
En muchas ocasiones me sorprendo a mi misma pensando: "a ver si escribo el juego que hicimos hoy por si le puede servir a alguien" o "me gustaría reflexionar sobre tal situación en el blog"... Y se me acumulan las ideas, las vivencias, los juegos...
Sigo con mi propósito de comunicar, pero sin olvidar que si no lo hago es porque me encuentro jugando y creciendo feliz. Gracias por seguir al otro lado y leer estas líneas, se que entenderás lo que escribo.
¡Buen comienzo de semana y un abrazo bien fuerte!